Lo descubrí tarde pero quedé enganchado a su mirada lúcida, brillante, marxista, intelectual y popular.
Entre lectura y lectura alterné a Carvalho -y a Biscuter, y a Bromuro, y a Charo- como una vuelta a casa: a Barcelona, a Buenos Aires, a Bangkok, a un balneario de la costa del sol o a un asesinato en el Comité Central. Visité al subcomandante en la selva Lacandona y almorcé con gente inquietante veinte años después del desencanto que no viví. Quemé libros en la chimenea -Poeta en Nueva York no- y cociné para el vecino Fuster en Vallvidrera.
Hoy volveré a leer El Pianista al revés, es decir del derecho, para pasar con Luis Doria del París frentepopulista al Raval vencido en cuyos "terrats" duerme el recuerdo de este gran escritor y periodista.
Entre lectura y lectura alterné a Carvalho -y a Biscuter, y a Bromuro, y a Charo- como una vuelta a casa: a Barcelona, a Buenos Aires, a Bangkok, a un balneario de la costa del sol o a un asesinato en el Comité Central. Visité al subcomandante en la selva Lacandona y almorcé con gente inquietante veinte años después del desencanto que no viví. Quemé libros en la chimenea -Poeta en Nueva York no- y cociné para el vecino Fuster en Vallvidrera.
Hoy volveré a leer El Pianista al revés, es decir del derecho, para pasar con Luis Doria del París frentepopulista al Raval vencido en cuyos "terrats" duerme el recuerdo de este gran escritor y periodista.
6 comentarios:
Qué grande Manolo Vázquez Montalván.
Huys, se me escapó una "v" donde debería ir una "b" XD
Palabrita de Lenin que fue una errata.
Precisamente estoy leyendo ahora Los pájaros de Bangkok. La verdad es que siempre me ha encantado tanto como "articulista/filosofo/político" como como "novelista", aunque enseguida ves que ambas dimensiones aparecen mezcladas en todos sus libros.
Yo diría que gran parte de mi "formación" ideológica la he conseguido leyéndole
Aprovecho y voy a copiar tu mensaje citado al foro en el hilo que abrimos en el 2005 de homenaje a MVM:
http://www.nodo50.org/foroiu/viewtopic.php?t=219
Yo soy VazquezMontalbanista hasta la médula. Ayer me puse a contar y tengo 37 libros suyos (¡y me faltan más del doble!). Como digo en el blog, empecé tarde (hace unos 10 años) a leer su obra literaria y ensayística, pero se convirtió para mi en un hábito intercalar un libro de otro autor con un Carvalho (gran literatura menor donde lo que menos importa es la trama, pues se trata de una mera excusa para radiografiar política, social, cultural y urbanísticamente la ciudad y el país en cada momento). Galíndez es una gran novela, intensa como pocas, sobre el asesinato de un exiliado del PNV y agente de la CIA, un hecho real. O César o Nada es una delicia de novela histórica - y también política, pues sirve para entender muy bien el papel histórico de los Borgia en el nacimiento de la modernidad absolutista-, pero mi favorita es El Pianista, una auténtica joya. En cuanto a los ensayos, todos recomendables: desde El señor de los espejos, en conversación con el Subcomandante Marcos, hasta Y Dios entró en La Habana, pasando por Geometrías de la memoria, una entrevista político-literaria-vital con el gran Manolo.
Tuve la ocasión de conocerlo fugazmente en una conferencia y me causó una impresión personal magnífica. Es curioso ver como todo el mundo hablaba bien de él con el corazón (debía ser un tipo auténtico) y con la cabeza (tenía una capacidad de producción intelectual incomparable). Hace unos meses fui a Barcelona, al Palau Robert, a ver una exposición sobre su vida y obra realmente original e interesante. Entre el público que la visitaba había un par de viejitas que hablaban de él con una familiariedad y emoción contagiosa.
Aviso que El Pianista no es propiamente una novela, sino tres relatos breves unidos por un mismo personaje en distintos momentos históricos y de la vida personal y artística del pianista: la Barcelona ochentera de la gauche divine que ya ha renunciado a sus ideas a cambio de coche oficial; el Raval (barrio chino de Barcelona) de la Posguerra, pobre y vencido; y París en julio de 1936, en pleno fervor frentepopulista. Una delicia más lírica que épica, en la que se suceden en orden inverso la ilusión de la juventud, la pesadumbre del fracaso y el desencanto de la vejez de los sueños de emancipación.
he contestado por el foro...
Por cierto, ya había escuchado el Epílogo (creo que he escuchado todo lo enlazado en vespito al menos a fecha de hace un par de años), pero ayer me la metí en el mp3 y estuve re-escuchandolo la verdad es que no tiene pérdida. Una de las cosas que más me gusta es que su discurso es coherente y además siempre tiene mucha claridad y profundidad. Y no siempre es fácil combinar ambas características.
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