Al escribir sobre cualquier tema, uno siente la angustia de no estar suficientemente informado y teme acabar pareciéndose a los patéticos tertulianos que asaltan cada día las ondas radiofónicas para pontificar de lo divino y de lo humano. Sobre mayo del 68 me sucede aún con más intensidad, por lo lejano y desconocido que me resulta.
La solución es fácil entonces: callar. Pero no me apetece pasar por alto una conmemoración que está llenando las portadas de los periódicos -y de las revistas más fashion- y sobre la que se reproducen tópicos hasta el paroxismo. Ver la reedición de la famosa foto del payaso de Daniel Cohn-Bendit frente a un policía parisino 40 años después, con los protagonistas más viejos y más gordos, ha acabado por motivarme a escribir este post.
Como los buenos profesores, supliré mi ignorancia recomendando bibliografía.
Básicamente, pueden encontrarse dos interpretaciones de lo que supuso Mayo del 68. Una, absolutamente mayoritaria, compartida -aunque difiriendo en la valoración- por conservadores y pseudo-socialdemócratas, viene a decir que aquello fue una rebeldía juvenil cuyas reivindicaciones han sido -para bien o para mal- incorporadas por el sistema. Y es bien cierto que, al menos en sus aspectos más iconográficos, Mayo del 68 se ha convertido en un producto más del mercado, en un acontecimiento nostálgico sobre el que contar batallitas (¡todos estuvieron allí!).
Hay otra visión de aquel Mayo (en París pero también en México, en Praga o en Berkeley) como una "revolución" de obreros y estudiantes que pretendía cambiar el mundo empezando por cambiar la propia vida. Una impugnación del capitalismo que ha tenido continuidad en décadas posteriores en otros movimientos políticos y sociales radicales. Es la interpretación de intelectuales y activistas vinculados a la izquierda alternativa, que estos días tienen sus "15 minutos de gloria" recordando aquellos tiempos incluso en programas de televisión.
No creo que en este tema -ni en casi ninguno- las cosas sean blancas o negras, así que racionalmente no me atrevo a afirmar o negar rotundamente la interpretación convencional o alternativa sobre lo que fue realmente aquel movimiento. Pero el sentimiento de alguien de izquierdas, que sueña con cambiar el mundo "de base", está siempre con los suyos. Y comoquiera que ya tenemos sobredosis de clichés en la prensa convencional, ahí van algunos enlaces interesantes a la interpretación "izquierdista" del Mayo del 68.
- "Por una memoria viva de mayo del 68", artículo de Amador Fernández-Savater y David Cortés que analiza las distintas interpretaciones de aquel hecho histórico.
- "El año 1968", artículo de Jaime Pastor con una extensa narración de los acontecimientos.
- "Tres pistas para intentar entender mayo del 68", artículo de Francisco Fernández Buey.
- Entrevista en TV3 a Miguel Romero y Santiago López Petit.
- Debate entre Daniel Bensaïd y Pierre Zarka.
La solución es fácil entonces: callar. Pero no me apetece pasar por alto una conmemoración que está llenando las portadas de los periódicos -y de las revistas más fashion- y sobre la que se reproducen tópicos hasta el paroxismo. Ver la reedición de la famosa foto del payaso de Daniel Cohn-Bendit frente a un policía parisino 40 años después, con los protagonistas más viejos y más gordos, ha acabado por motivarme a escribir este post.
Como los buenos profesores, supliré mi ignorancia recomendando bibliografía.
Básicamente, pueden encontrarse dos interpretaciones de lo que supuso Mayo del 68. Una, absolutamente mayoritaria, compartida -aunque difiriendo en la valoración- por conservadores y pseudo-socialdemócratas, viene a decir que aquello fue una rebeldía juvenil cuyas reivindicaciones han sido -para bien o para mal- incorporadas por el sistema. Y es bien cierto que, al menos en sus aspectos más iconográficos, Mayo del 68 se ha convertido en un producto más del mercado, en un acontecimiento nostálgico sobre el que contar batallitas (¡todos estuvieron allí!).
Hay otra visión de aquel Mayo (en París pero también en México, en Praga o en Berkeley) como una "revolución" de obreros y estudiantes que pretendía cambiar el mundo empezando por cambiar la propia vida. Una impugnación del capitalismo que ha tenido continuidad en décadas posteriores en otros movimientos políticos y sociales radicales. Es la interpretación de intelectuales y activistas vinculados a la izquierda alternativa, que estos días tienen sus "15 minutos de gloria" recordando aquellos tiempos incluso en programas de televisión.
No creo que en este tema -ni en casi ninguno- las cosas sean blancas o negras, así que racionalmente no me atrevo a afirmar o negar rotundamente la interpretación convencional o alternativa sobre lo que fue realmente aquel movimiento. Pero el sentimiento de alguien de izquierdas, que sueña con cambiar el mundo "de base", está siempre con los suyos. Y comoquiera que ya tenemos sobredosis de clichés en la prensa convencional, ahí van algunos enlaces interesantes a la interpretación "izquierdista" del Mayo del 68.
- "Por una memoria viva de mayo del 68", artículo de Amador Fernández-Savater y David Cortés que analiza las distintas interpretaciones de aquel hecho histórico.
- "El año 1968", artículo de Jaime Pastor con una extensa narración de los acontecimientos.
- "Tres pistas para intentar entender mayo del 68", artículo de Francisco Fernández Buey.
- Entrevista en TV3 a Miguel Romero y Santiago López Petit.
- Debate entre Daniel Bensaïd y Pierre Zarka.
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