No es fácil defender la militancia en IU y en CCOO frente a críticas fundadas. En Izquierda Unida andamos siempre a la greña, con el riesgo de volvernos irrelevantes e inoperantes. CCOO muchas veces parece más una mastodóntica burocracia que un sindicato de clase combativo y de izquierdas.
Dicho eso, no hay -en este momento y en este país- otra izquierda política organizada real más que IU ni otro sindicato con capacidad de encuadrar a la clase trabajadora como CCOO. En los últimos años he tenido que defender esta máxima con ejemplos de la base: frente a la oscura gestión de un Llamazares embebido de despachos parlamentarios, ahí están los miles de concejales de IU que se parten la cara contra caciques, corruptos y especuladores; aunque Fidalgo no es de izquierdas, sí lo son la inmensa mayoría de los sindicalistas de Comisiones, sin los cuales no habría manera de pararles los pies a los explotadores y a los gobiernos que los apoyan.
Pero uno espera poder sentirse también orgulloso, o cuando menos ilusionado, con quienes dirigen las organizaciones en las que milita. Y en menos de un mes se han abierto dos rayos de luz por arriba, que corresponden a procesos complejos para configurar con dificultad alternativas plurales, pero que se encuentran representadas en dos personas: Cayo Lara como coordinador general de IU, y Toxo como secretario general de CCOO.
El País manifiesta su reprobación. Yo mi esperanza.
Dicho eso, no hay -en este momento y en este país- otra izquierda política organizada real más que IU ni otro sindicato con capacidad de encuadrar a la clase trabajadora como CCOO. En los últimos años he tenido que defender esta máxima con ejemplos de la base: frente a la oscura gestión de un Llamazares embebido de despachos parlamentarios, ahí están los miles de concejales de IU que se parten la cara contra caciques, corruptos y especuladores; aunque Fidalgo no es de izquierdas, sí lo son la inmensa mayoría de los sindicalistas de Comisiones, sin los cuales no habría manera de pararles los pies a los explotadores y a los gobiernos que los apoyan.
Pero uno espera poder sentirse también orgulloso, o cuando menos ilusionado, con quienes dirigen las organizaciones en las que milita. Y en menos de un mes se han abierto dos rayos de luz por arriba, que corresponden a procesos complejos para configurar con dificultad alternativas plurales, pero que se encuentran representadas en dos personas: Cayo Lara como coordinador general de IU, y Toxo como secretario general de CCOO.
El País manifiesta su reprobación. Yo mi esperanza.
8 comentarios:
Dando por hecho que Toxo no va a convertir a CC.OO. en un sindicato que busque la huelga revolucionaria que entierre al capitalismo, es un alivio que un personaje como Fidalgo sea castigado siendo el primer secretario general de un sindicato mayoritario en estos 30 años que pierde un congreso. Es un buen mensaje del que debería aprender Toxo, para que no le pase a él.
Ignacio, por Marx, ¡deja de usar ya el logo a tres tintas de IU! XD
Bueno, cuánto da de si la nueve Ejecutiva. Por lo menos vamos a tener la esperanza de que si bien no vamos a hacer de CC.OO un sindicato revolucionario por lo menos sí sea un elemento de movilización social.
Saludos.
La verdad es que a mi la nota de El País me da esperanza. Porque cuando critican es que intuyen que hay algún riesgo de recuperación de la izquierda social.
Encuentro un poco desafortunado la comparación de Cayo-Toxo y Llamazares-Fidalgo.
Soy militante de IU y hace tiempo que no me siento identificado por ninguno de los grandes sindicatos, ni Comisiones ni UGT. Estan enmarcados en la burocracia y al doblegamiento de los acuerdos con los diferentes gobiernos.
Siento que confiéis tanto en los líderes, que se mitifiquen, yo intento huir de tales exponentes.
En cuanto al oscurantismo de Llamazares tamopoco estoy nada de acuerdo. El trabajo se ha hecho de forma brillante, lo que pasa es que no hemos sabido darlo a conocer y rentabilizarlo. Esa culpa la tenemos tod@s, por no explicar a nuestr@s vecin@s, amig@s, que estaba haciedo IU en el congreso, puesto que para muchos Gaspar no era su referente como coordinador. Mucha guerra interna para salir tod@s a palos y con menos fuerza al exterior.
Compañero Alexandre Charles:
Está claro que no compartimos militancia sindical ni valoración política sobre la gestión de Llamazares. Obviamente, nuestras experiencias orgánicas han debido ser muy distintas en estos últimos años, a ti no habrán intentado imponerte candidaturas, pactos ni direcciones al margen de la voluntad democrática de las bases.
Asumo, en cualquier caso, que es cuestión de distintas percepciones desde distintos puntos de vista.
Sin embargo, lo que sí quiero rebatir es la crítica que me haces cuando afirmas "Siento que confiéis tanto en los líderes, que se mitifiquen, yo intento huir de tales exponentes.".
¿Cuándo y dónde he mitificado yo a los líderes? Fíjate bien en el título de mi entrada. No es "Cayo y Toxo, la esperanza de la izquierda" sino "Cayo, Toxo y la esperanza ...". Es decir, para mi ellos no son la esperanza, sino que la representan, pero dejo claro que se trata de "procesos complejos para configurar con dificultad alternativas plurales".
Así que esa crítica concreta me parece injustificada y realmente llamativa, porque visitando tu blog veo que es prácticamente un monográfico de campaña personal de Eberhard Grosske (con entrevistas, vídeos y hasta "chorradas").
Salud, compañero.
Me ha gustado que me refresque el titular del post, no lo había leído a conciencia, a veces el subconsciente te juega malas pasadas.
Pero igualmente sostengo lo de la mitificación de algunos personajes. Un ejemplo es el del Ché. Me parece magnífica su vida y algunos muchos de los valores que le rodean pero hay otros que no tanto. Al final había un equipo detrás, que sin el no hubiera sido lo mismo. Es una idea que seguramente no guste a muchos, pero que yo quiero sacar a la luz.
En el caso de Eberhard Grosske, sólo decir que para mi no es un mito. Es cierto que le tengo cierto cariño y respesto, que para eso es mi portavoz y concejal en el Ayuntamiento de Palma. Claro que he hecho campaña por él, pero al final sin el equipo que estaba detrás (entre los que me encuentro), tampoco hubiera sido lo mismo.
Un saludo afectuoso.
Creo que seguís en un profundo autoengaño, CC OO, hoy es una macrogestoría. Posiblemente, os ocurre el efecto de las personas que se han separado y están todo el día mirando la foto de el/ella cuando eran más jóvenes...tratando de encontrar un ápice de "esperanza".
CC OO pegó un zapatazo en los tiempos de Antonio Gutiérrez en combinación permanente con el grupo PRISA, la SER, etc.. para machacar a ANGUITA, o sea hundir IU, con la excusa de la falsa modernidad.Y hay que reconocer que casí lo consiguen. Eso sí, los dirigentes que colaboraron en esa falsa tolerancia interna y que aún están en IU deberían marcharse a su despacho de CC OO...y dejar de intentar pastorear los restos de IU.
PD; Ahora queda la post.asamblea... gente enfrentada en la misma empresa por militar en diferentes sindicatos y que tiene el mismo carnet político IU. Salud.
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