De coordinadores y coordinaciones

Ya se van conociendo los candidatos y candidatas a la coordinación de Izquierda Unida. Yo apoyaré a Cayo Lara, del que sólo tengo buenas referencias y que representa no sólo al PCE sino a toda la pluralidad de la plataforma Otra IU es posible.

Lo que no está claro es qué tipo de dirección saldrá de la IX Asamblea de IU, pues hay distintas propuestas que incluso pueden ser objeto de diferentes interpretaciones.

Yo he votado y espero poder votar el próximo sábado en Rivas a favor del documento "Por una IU anticapitalista...", que dice textualmente:

IU no necesita un coordinador o coordinadora general en este periodo, al menos hasta que el proyecto se haya revitalizado, máxime sabiendo que hasta dentro de tres años no afrontaremos el primero de los grandes retos electorales futuros: las elecciones municipales y autonómicas. Parece conveniente apostar por un órgano de coordinación colectivo –y no solo por una dirección colectiva y colegiada- que asuma las tareas de la coordinación general, al menos durante un periodo prudencial que concluya en la próxima Asamblea Federal en el plazo de un año, que evalúe la situación y la profundización del proceso de renovación emprendido

La propuesta alternativa de estatutos para la refundación de IU integra el concepto “coordinación colegiada” en las competencias y funciones de la Comisión Ejecutiva Federal, y sobre todo en el régimen mancomunado de los poderes legales de la organización, aunque contempla la responsabilidad unipersonal de la Coordinación Ejecutiva del Consejo Político Federal.

Entonces, ¿queremos o no queremos que exista coordinador de IU? Yo creo que a este respecto hay que diferenciar entre:

- La Coordinación General (en mayúscula) como cargo de máxima responsabilidad ejecutiva, que se propone sea compartida por varias personas en el proceso de refundación. A esto se le llamaría coordinación colegiada.

- La coordinación (en minúscula) como función dentro de un grupo plural y diverso, de la que necesariamente debe encargarse una sola persona. Puede parecer un trabalenguas, pero sería algo así como el coordinador de la coordinación colegiada.

Todo esto resultaría más fácil de entender si en IU el máximo cargo ejecutivo no se llamara Coordinador sino Presidente, Director o Secretario General. Hablaríamos entonces de Presidencia colegiada, Secretaría General colegiada o Dirección colegiada, pero sería lógico que dentro de ese órgano de composición plural hubiera una persona que ejerciera la función de coordinación (y también la portavocía).

En cualquier caso, yo personalmente tengo mis dudas. Según los actuales estatutos, IU no es una organización presidencialista sino que dispone de una dirección colegiada en la que el coordinador tiene funciones limitadas, la función presidencial se asigna a un órgano de composición democrática y plural, y las máximas competencias residen en el Consejo Político Federal. Ha sido el ejercicio personalista y autoritario del cargo de Coordinador General (que no de la función de coordinación, que no se ha ejercido debidamente) lo que ha ocasionado los problemas que ahora se pretenden resolver con nuevas fórmulas organizativas.

Quizás estemos incurriendo en un error de planteamiento, porque ante el incumplimiento reiterado de las normas estatutarias, lo primordial no debería ser cambiar esas normas -que pueden y deben mejorarse- sino apartar de la dirección a quienes las han incumplido. Digo yo.