Esther, la comunista

Empezaré reconociendo que no me gustó Esther en la entrevista de El País cuando la leí el lunes. Más por razones de forma que de fondo (sólo hay una afirmación rotunda con la que discrepo), que ya le diré a ella algún día si tiene interés.

He leído por ahí que pecó de ingenua; yo no sería tan benevolente y más bien hablaría de imprudencia. Esther es inteligente y tiene suficiente experiencia para darse cuenta de los peligros que encerraba la entrevista, y sin embargo se precipitó a contestar casi siempre la primera, anticipándose a un experimentado político como Willy Meyer, y se metió en varios charcos ella sola. Probablemente imbuida del ambiente de camaradería del Congreso del PCE, relajó sus defensas y se confió como si la entrevista fuera para Rebelión o Mundo Obrero. Pero estaba ante una periodista sin escrúpulos a sueldo de un medio hostil.

Para darse cuenta de la intencionalidad de la entrevista, basta repasar una a una las preguntas: “¿Qué es ser comunista hoy? / ¿Los jóvenes reprochan algún vicio político a los veteranos del PCE? / ¿Una joven comunista pone hoy en cuarentena algunas verdades del comunismo? / Pero en nombre de ese ideario se han hecho cosas en el mundo. Vamos a la praxis… La experiencia soviética, por ejemplo / ¿Se alegraron cuando cayó el muro de Berlín? / Pero antes decía que ese régimen se había pervertido… / ¿El PCE también se alegró? / Vamos a América Latina. ¿Los jóvenes en el PCE plantean alguna revisión de la posición sobre Cuba? / Pero a las elecciones en el país sólo concurre un partido / ¿En Cuba hay presos políticos? / También hubo fusilamientos / Han pedido un manifiesto por la libertad de cinco cubanos presos en EE UU sin garantías. ¿Firmarían un manifiesto por la libertad de los disidentes cubanos presos en Cuba? / Toquemos otro asunto: la situación del País Vasco. ¿Cómo valoran las últimas detenciones en el entorno de Batasuna? / ¿Arnaldo Otegi es un preso político? / ¿Sugiere que han sido tibios frente a…? / ¿Batasuna es de izquierdas? / De acuerdo, hablemos de la crisis” (esta última como concesión final a Willy Meyer).

Ni una sola pregunta sobre el PCE, Izquierda Unida, el paro, la precariedad juvenil, la inmigración, la política fiscal, los sindicatos, la República, el feminismo o el medio ambiente, es decir, por las cosas que se debatían en el Congreso que motivaba la entrevista. Queda claro que los medios del sistema sólo quieren asociar al PCE (y también a IU) con Cuba, la URSS o Batasuna. Se presentan como valedores de los derechos humanos en una isla remota o en un tiempo pasado mientras callan o apoyan su vulneración en nuestro propio país (limitación de la jurisdicción universal, Directiva de la vergüenza, Ley de Extranjería...) o en sus aliados estratégicos (Marruecos, Colombia o los propios Estados Unidos).

Si la entrevista fue traicionera, la campaña orquestada a partir de la misma es directamente asquerosa. Basta leer los 405 comentarios a la propia noticia en la web de El País o alguno de los blogs de conspicuos defensores del PSOE para darse cuenta. El caso más extremo de desvergüenza lo podemos encontrar en la columna de opinión de Elvira Lindo publicada en El País de ayer.

Sin conocer en absoluto la trayectoria personal y laboral de Esther, le atribuye la condición de “asalariada política desde pequeña”. Obviando la crítica expresa que nuestra compañera hace de la URSS, insinúa que justifica la represión estalinista (“olvidarse los muchos millones de muertos en el gulag”). Sin guardar el mínimo respeto por los demás ni por su propio pasado, intenta ridiculizar a Esther llamándola “camarada”. Pero la que queda en evidencia, como bien dicen Hugo, Carlos y Rafa, es la propia escritora, que se aprovecha de una tribuna privilegiada para lanzar un ataque personal por motivos ideológicos. Elvira Lindo no se equivoca, simplemente hace su papel de sicaria intelectual del grupo PRISA.

De todos modos, seguro que Esther aprenderá de la experiencia (todos nosotros lo haremos) y, sabiendo distinguir las críticas constructivas de las descalificaciones infundadas, seguirá representando magníficamente la coherencia y la firmeza del PCE y de IU en la lucha por un mundo más libre, más justo y más igualitario.