Ahora que todo el mundo empieza a reconocer la verdadera naturaleza bélica (y no humanitaria) de la invasión de Afganistán, sería un saludable ejercicio de memoria recordar quién apoyó y quién se opuso a la guerra y al envío de tropas españolas a la misma.
Por cierto, ¿alguien se acuerda por qué empezó todo? Había una vez un tal Bin Laden escondido en las montañas y un mulah Omar huyendo en vespino por las polvorientas calles de Kabul... los talibanes atemorizaban a la población, las mujeres llevaban burkas y los señores de la guerra campaban a sus anchas... no había democracia... Queda claro que nada ha cambiado tras ocho años de ocupación.
Eso sí, como dice Hugo, entre los muertos sigue habiendo clases y clases.
1 comentario:
Como suele ser habitual, siempre es bueno hacer memoria de las cosas. Sin embargo hay algo que no has mencionado, y es que, como nada es casual, Afganistán contribuyó a que la opinión pública crea que hay misiones humanitarias protagonizadas por ejércitos y a su imagen de buenismo que nos venden hasta con anuncios en TV.
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