lunes, 12 de octubre de 2009

Gürtel: sólo falta un Paesa


Vuelvo a casa después de cuatro días de viaje por Marruecos y me encuentro con un cambio significativo en el caso Gürtel. No es que haya habido revelaciones novedosas, pues las últimas se conocieron con la apertura de parte del sumario, y ya no sorprendieron a nadie: unas cuantas conversaciones telefónicas más que acreditan una corrupción ética, política y económica que probablemente sea pauta generalizada en el PP valenciano desde los tiempos de Zaplana. En su retiro telefónico europeo, el cartagenero debe estar partiéndose de risa con las desventuras de su delfín y posterior rival ("¡Con lo que yo he robao!").

Lo que ha cambiado en estos días ha sido la actitud corporativa del PP. Hasta ahora todo era cierre de filas con el presidente Camps -que tenía el apoyo de "todos los valencianos", según Rajoy-, y denuncia de maniobras conspiratorias de los jueces, fiscales y policías, con el gran Rubalcaba dirigiendo la operación. El tono era ridículo por hiperbólico, cuando no directamente cursi ("muy bonito"), pero el PP se mantenía unido en el despropósito. Ahora, sin embargo, han aparecido los puñales y amenaza con desatarse la guerra fratricida bajo el sabio lema de "sálvese quien pueda".

La prensa de los últimos tres días, que yo he leído amontonadamente y con retraso esta misma mañana, hace un repaso prolijo de los hechos acaecidos desde el 9 d'octubre: González Pons anuncia ante la prensa que "a las 4 se acaba la fiesta", Rajoy amenaza a su amigo y valedor Camps con expulsar del PP a Costa si no se le cesa desde Valencia, Ric se niega a ser el único cabeza de turco y su familia entera sale amenazando con tirar de la manta, salen a la luz investigaciones internas al otro Camps (Gerardo) y al mismo Costa (Ricardo), al que le buscan informaciones comprometedoras que le impidan morir matando... y en veinticuatro horas tendrá lugar el esperado cónclave donde empezará a correr la sangre en el PP valenciano -¡quién pudiera verlo!, aunque será cuestión de minutos que proliferen las filtraciones y quién sabe si algún zaplanista grabará a escondidas con su móvil-.

Esto ya es otra cosa. Del sainete judicial a la tragedia política, el guión del caso Gürtel promete emociones intensas y novedades inesperadas. Eso sí, para quienes tenemos recuerdos -en mi caso, adolescentes- del felipismo, aún quedan unos cuantos peldaños para alcanzar el nivel máximo de paroxismo. Falta un Roldán que huya a Tailandia con la pasta trincada desde la Guardia Civil, o un Paesa que publique su propia esquela mortuoria.

Todo se andará.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

esperaremos... quedan 34.000 folios de nada por desclasifircar. Esto promete.

Basseta dijo...

Aquí en mi pueblo, en Ibi (Alicante) tenemos una especie de trama Gürtel en miniatura (por algo dicen que somos el Centro Español del Juguete).

La solución del equipo de gobierno (del PP, por supuesto), ha sido cortar sus relaciones con el diario El Mundo (!) e impedir el acceso de los grupos de la oposición a la contabilidad municipal.

Lo cuento en mi blog.